lunes, 25 de marzo de 2013

Capítulo 1

¿Qué pasa cuándo todo lo que tienes se te es arrebatado? ¿Qué sucede cuando destruyen tu mundo en cuestión de segundos? ¿Hacia donde ir cuando te han cerrado todas las puertas?...  ¿Qué hacer cuando te has quedado solo?

Sus rodillas se han quedado sin fuerzas, su corazón sin ganas de seguir latiendo, las imágenes que Kevin Jonas había presenciado hace unos minutos le habían desgarrado el alma, el miedo y el dolor eran los sentimientos que se adueñaban de su ser e iban en aumento con el paso de los segundos, mirar a su alrededor y solo encontrar la soledad, acompañada de rabia... ¿cómo puede existir gente tan mala?... Agacha lentamente su cabeza, depositándola sobre el cuerpo que yace inmóvil en el suelo, extiende uno de sus brazos hacia su lado derecho y toca el otro bulto que está de la misma forma, no podía más, esto iba a terminar por matarlo, lloraba inconsolablemente sobre el pecho del señor, sosteniendo desgarradoramente su camisa manchada de sangre, como si eso impidiese su partida... Es solo un niño, tiene 14 años - tal vez esto se considere como un adolescente,  pero no era el caso - estaba indefenso, había sido testigo de como unos malditos delincuentes ingresaron a su casa, destruyendola por completo, y en su paso, arrebatandole la vida a sus padres gracias a tres balas que fueron disparadas en el cuerpo de cada uno, dejándolos sin la oportunidad de hacer algo por una ultima vez.
Parece que Dios está triste al ver que uno de sus hijos sufre, las nubes han soltado sobre Las Vegas sin piedad el agua que estuvieron resguardando por semanas. En medio de tanta tristeza y dolor, Kevin sale de su casa -o de lo que queda de ella-, permite que las frias gotas empapen su rostro al levantarlo directamente al cielo, confundiendose con las lagrimas que le brotaron por el terrible momento... "Me han arrebatado lo que más amo y no lo impediste", sus gritos tenían como destinatario a Dios, sus padres le habían enseñado el camino cristiano desde pequeño, siempre le decían que el estaría con el en las buenas y en las malas, que el sería su mejor amigo, pero... ¿en dónde estuvo ahora?, la fe que sus papas, en especial su madre, inculcaron en el, desapareció cuando vió caer drásticamente los cuerpos despues de escuchar los disparos, lo hicieron sufrir y el no estuvo ahí para evitarlo... "Me fallaste señor, me dejaste solo", sentía como la vida se le iba poco a poco con cada palabra que decía, sus rodillas se doblaron tanto que terminaron haciendo que quedase hincado, iba a rendirse, o más bien, ¿Iba a rendirse?, los sollozos iban cesando, ahora el dolor no era otra cosa más que coraje e impotencia, estaba solo, habían matado a sus padres, ¿iba a quedarse eso así?  ¡¡NO!! le quitaron lo que mas quería, su razón de ser... ¿por que no hacer lo mismo? "No puedo ser yo el único que sufra, tienen que saber lo que siento" Dijo para si mismo luego de que con voluntad se pusiese de pie. Desde ese momento las palabras "No merecían morir" iban a ser su fuerza para continuar y la frase "alguien tiene que pagar" su meta... Ahora Kevin tenía una misión y una promesa que cumplir... vengar la muerte de sus padres y estaba dispuesto a hacerlo con todo y todos.

3 Años después.

Era la típica noche de un sábado en Las Vegas, gente recorriendo todos los lugares, llenando cada local que se encontrase ahí, el clima estaba cálido, no habían señales de lluvia o algo parecido, sin duda era una buena ocasión para desvelarse sin preocupaciones.
En una de las calles menos concurridas de la ciudad, se encuentra una bodega abandonada, que sirve de refugio para dos jóvenes de 17 y 18 años, uno de ellos era Kevin Jonas, quien había llegado a ahí días después del asesinato de sus padres... ambos jugaban barajas al rededor de una mesa de madera mientras que sus pulmones eran llenados de humo proveniente de un tabaco.
La puerta de dicho lugar se abrió para que entrara un hombre alto de tez morena, de unos 21 años aproximadamente, atractivo a primera vista, detrás suyo venía un señor robusto, mas grande que el, sin duda, este parecía ser su guardaespaldas.

- ¡Que hay pequeños! - saludó cuando estuvo a lado de los chicos.

- Hola Michael. - Respondieron en unísono, dejaron de un lado las cartas y pusieron atención a lo que el tipo que recién llegó iba a decirles.

- Tengo un trabajito para ustedes... - expresó.

- A caso, ¿otro asalto querido amigo? - preguntó el chico de 18 años, su nombre era Tim Parker, delgado, alto, cabello lasio y  negro y unos redondos ojos color miel.

- Esta vez quiero que vayamos más allá de un asalto o un secuestro de un par de días, quiero que hagamos algo que nos haga millonarios de por vida y estoy seguro que con sus cualidades de ataque lo lograrán. - Acotó sin dejar de mirarlos fijamente a los ojos, como si tratase de intimidarlos para que de sus bocas no saliera un ¡no! como respuesta, siempre hacía eso y al final conseguía lo que quería.

Michael Shay era un delincuente, prófugo de la justicia, había estado 1 año y medio en la cárcel cuando tenía 18, logró escapar gracias a un detallado plan elaborado con sus 2 compañeros de celda, pero lamentablemente - o por fortuna para la sociedad - uno de ellos había muerto a manos de un policía mientras que el otro fue capturado días después, siendo Mike - como todos le llamaban - el único que se salvó.

- ¿Millonarios de por vida? eso me agrada. - Acotó Tim, un brillo en sus ojos hizo que Kevin se diera cuenta de que iba a aceptar aun sin escuchar lo que quedaba, esto debido a la gran ambición con la que cuenta su amigo.

- Y ¿qué es lo que se supone que haremos? - cuestionó Kev, aun sabiendo que el dinero era lo que menos le interesaba, se había metido en estos negocios con el afán de sentir que venga la muerte de sus padres aunque no encontrase a los culpables, secuestrar o asaltar gente era algo que lograba hacerlo sentir en paz, pues tenía la certeza de que hacía sufrir como lo hicieron con el, a pesar de que dicho dolor no se comparase en nada con lo que el sintió.

- Estuve investigando a uno de los empresarios mas prestigiosos de la ciudad, el señor Austin Hudson, dueño del famoso casino Hudson, ascendencia británica y descendencia estadounidense... - los chicos lo miraban prestando atención a cada detalle que Michael decía. - vamos a robarle al tesoro mas grande que tiene - un gesto de dramatismo acompañó esas palabras - haremos que quiera darnos todo su fortuna a cambio de su hermosa hija Fernanda.

- ¿Y cuánto piensas pedirle para ser ricos de por vida? - interrogó Tim haciendo enfásis en la frase que Mike había mencionado anteriormente.

- Todo lo que tengan, hablando de dinero, claro, ¿para que pedirle el casino si podemos hacer nuestro propio negocio con su fortuna?

- ¿Realmente crees que te de todo? - intervino el joven de ojos verdes y cabello rizado.

- Oh vamos Kevin, deja tu tono de burla, sabemos que es un buen plan, y obviamente creo que nos lo dará, es decir, Fernanda Hudson es su única hija... - dicho esto, Michael sacó un cigarro y después de encenderlo lo llevó a su boca. - Entonces ¿qué dicen?

Los chicos habían secuestrado a varias personas pero no sacaban más de 3 millones, uno para cada uno y deben admitir la suerte había estado de su lado pues la policía estuvo a punto de atraparlos en un par de casos, esta vez irian más lejos, nunca se habían metido con gente de una posición social tan alta y aceptar sería arriesgarse a ser encarcelados, ya que personas así cuentan con muchos contactos y pueden hacer que los maten con mover un dedo... sin embargo, las ansias que Kevin tenía por seguir vengando el acontecimiento que lo ha venido atormentando y la gran ambicion de Tim con el dinero, hicieron que después de unos segundos de pensarlo, aceptaran.
Estaba dicho, iban a secuestrar a la hija de Austin Hudson.